La indiferencia por la salud y seguridad de los trabajadores ha sido una característica de las
sociedades antiguas y modernas hasta tiempos relativamente recientes. Fue solamente a
comienzos de la década de los 40 de este siglo, con el comienzo de la segunda guerra
mundial, cuando se comprendió la real importancia de la Salud Ocupacional. El conflicto
bélico puso en evidencia la relevancia que adquiriría el estado de salud de la población
laboral para poder cumplir adecuadamente con las importantes exigencias que generó esa
conflagración. Se inició entonces un período de rápido desarrollo en esta disciplina, con un
acelerado progreso en sus respectivas áreas, proceso que continua sin interrupciones hasta
nuestros días.